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martes, 23 de mayo de 2017

Peñíscola: Un paseo urbano al castillo -X-

Para llegar hasta el castillo hay que ascender por las empinadas, tortuosas y estrechas calles, donde las casas blancas hacen que te parezca una ascensión fascinante.
Los árabes construyeron la defensa, en la que estuvieron desde el 718, hasta que pasó, mediante un pacto, al rey Jaime I, en 1233.
Fue cambiado en 1294, por una permuta, y pasó a manos de la Orden del Temple, durante el reinado de Jaime II de Aragón.
Los templarios levantaron aquí su última gran fortaleza (1294-1307), desapareciendo de la historia y entrando en la leyenda.
   
Por eso a ellos se les dedica la planta 1, donde está la entrada, el zaguán, las caballerizas, los establos, el cuerpo de guardia...Ahora mismo está convertido en museo, donde se explica y se proyectan informaciones sobre estos monjes guerreros, su forma de vida, sus victorias, sus derrotas y su dramática desaparición.
   
La fortificación sirvió de refugio al Papa Luna, quien se trasladó a Peñíscola en 1411.
Donde convirtió sus muros y las dependencias de la fortaleza en Palacio Pontificio.
A él está dedicada la planta 2, en el Patio de Armas. Dependencias pontificias como la cámara mayor, la biblioteca, el estudio, la iglesia...
Ha sido una mañana muy muy entretenida y en la que hemos ejercido bien los músculos de las piernas subiendo cuestas, escaleras...¡¡No queríamos dejar nada sin ver!!
-Sabina + Jedrea + Margalló-

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