Cuando se aproxima la primavera, a los que nos gusta el campo y tenemos posibilidad, nos dedicamos a labrar la tierra y dejarla bien mullida para que acoja las semillas que nos darán los frutos el próximo verano.
Mis medios son algo rudimentarios, pero, para mi edad y lo poco que siembro, me vale así. Aunque sea muy elemental y básico, es lo suficiente para obtener las buenas y frescas pipirranas, así como los pistos, que se hacen con las excedencias de las berenjenas, tomates, cebollas, pimientos...Todo ello conservado y metido en botes, son un manjar para los meses de invierno.
Yo nací y crecí en el seno de una familia humilde y muy numerosa de agricultores, y gracias a lo producido en el campo, mis padres nos sacaron adelante, sin lujos pero con comida suficiente en aquellos tiempos difíciles.
Por este motivo, y después de más de treinta años fuera de mis raíces, regresé a la tierra que me vio nacer, como ya he contado. Afortunadamente, más que nada por amor a mis progenitores de donde proceden las tierras, por hobbie , y por mantenerme en cierto modo activo, estoy ahora haciendo estas faenas.
No me imagino mi vida al despertar un día sin tener en mente qué voy hacer hoy, así que con mi huerto, mis bricolages y ¡como no!, releyendo las entradas del blog, y aprendiendo de los demás colaboradores de este medio... De esta forma, paso entretenido toda la jornada, cultivando mi terreno, manteniéndome en forma física y mentalmente.
-Olmo-
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