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viernes, 9 de septiembre de 2016

Aclaraciones de mis escritos de viajes:

Puede alguien pensar que de entre todas mis  excursiones alguna puede ser inventada.
Tengo numerosos cedés que lo atestiguan. Ya he comentado alguna vez que yo siempre iba armado de mi cámara. Las fotos y las imágenes me hacen revivir aquellos momentos.
Puede que tenga algún error en lo que se refiere a siglos, o a nombres de reyes, pues, a veces, me resulta imposible saberlo yo; ya que ha pasado mucho tiempo.
También me he dejado muchas cosas que poner. En esos viajes así se producen muchas anécdotas, y algunas me vienen a la memoria al releer entradas antiguas.
Como por ejemplo, cuando tuve que quedarme en el Hospital de Gerona, cuidando un enfermo toda una tarde; o cuando una señora se dislocó un tobillo. Todo lo que faltaba de viaje, la llevamos sentada en tronco de madera y está... ¡¡agárrate!!.
O cuando una señora no  podía aguantarse más sin hacerse pipi,de modo que, en una recta, el chófer hizo bajar a todos los viajeros del autobús. Distribuyó el territorio: las señoras, a la izquierda, en unos campos; y los caballeros a la derecha y ¡sin mirar! Cuando se terminó la faena, todos otra vez al coche.
Que por cierto, aquel chófer, el amigo Pascual, se jubiló.  Se van  hacer un viaje con su señora y unos cuñados, tienen un accidente y mueren las dos parejas. Murió en la carretera, en lo que fue su medio de vida.
De manera que, querido lector, ya perdonarás estos pequeños lapsus e imprecisiones.
La finalidad de estas entradas de viajes ha sido escribir. Escribir para ejercitar la mente, las manos, el manejo de los medios informáticos y entretenerme. Si de paso he conseguido entretenerte a ti, y hacerte pasar buenos ratos con mis textos, ya me sentiré bien.
-Pensamiento-

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