Esta vez nuestra salida de Teruel tomó dirección hacia el Pirineo Aragonés,
hacia Jaca.
Nos distribuyeron las habitaciones del hotel,
porque sería nuestro destino-base durante los días que estuviésemos allí.
Empezamos
visitando Jaca. Xaca, en altoaragonés.
Si te apetece leer la historia, pica en el enlace.
Parece que es
sinónimo de yegua, la hembra del
caballo, pero no, su nombre antiguo era Iacca.
Pertenece a la
provincia de Huesca y es la capital de la Jacetania.
Actualmente tiene
infinidad de barrios rurales, porque desde antiguo es una localidad con mucha
importancia. Ya que, incluso acuñó su moneda autónoma, con alfabeto ibérico. Más tarde en la Edad Media también tenía moneda propia, las jaquesas.
Visitamos su
catedral, San Pedro de Jaca. Una de las primeras del románico.
Por supuesto que
nos llevaron a probar una tapa típica de allí, que resulta que era una patata
asada.
En medio de Jaca
se encuentra la Ciudadela.
La mandó construir Felipe
II, a finales del año 1592.
Tiene forma
pentagonal, y un foso por el que campan a sus anchas varios ciervos.
Fue llamada hasta
el siglo XIX, el Castillo de San Pedro
Tiene una pequeña
iglesia del siglo XVI, dedicada a San Pedro.
Yo creo que la imagen
que preside el altar es la Virgen de la Concepción.
Hay una exposición, un museo militar, y al entrar en el cuarto de mandos, tienen unos soldados con los uniformes de
aquella época.
El primero que iba
en la batalla era el tamborilero, después los fusileros, que necesitaban
un apoyo estilo de orca, para apoyar el fusil y, por último, los lanceros.
También vimos
donde guardaban la pólvora, que no era donde estaban colocados los 7 cañones.
Nos llevaron a
ver el Fuerte Rapitán. Es llamado así porque está situado, en una colina, el cerro Rapitán, del que se divisa toda Jaca.
Es
un fuerte poligonal, del siglo XIX. Para su construcción el Estado gastó, en aquellos tiempos, 6 millones de pesetas, y trabajaron para
rebajar el cerro y aplanarlo, 250 jornaleros y 50 canteros.
Dispone de unas
mesas o plataformas de mármol redondas, en las cuales, por medio de flechas te
indican los picos de las montañas y como se llaman.
Entre ellos destaca la
sierra de Guara que separa dos peñascos y es por donde se puede pasar a Francia
y era la ruta que los estraperlistas empleaban.
Una de esas mesas
las regaló el entonces Príncipe Felipe, pero la rompieron quien fuese, y
tuvieron que hacer otra.
El monasterio San
Juan de la Peña es un edificio románico, edificado debajo de una gran peña.
Tiene muchos creo se llaman capiteles
Románicos rematados con figuras talladas de Santos.
En él están enterrados los Reyes de Aragón.
En la parte superior, en una explanada de
pinos y acebos, se encuentra una Iglesia, donde nos pasaron una película de la historia de San Juan de la Peña y su caballo.
Cuando estuvimos nosotros estaban con excavaciones donde se encuentra el Nuevo Monasterio, y encontraron un fusil. Estas zonas habitadas desde antiguo guardan infinidad de secretos y vestigios.
Cuando estuvimos nosotros estaban con excavaciones donde se encuentra el Nuevo Monasterio, y encontraron un fusil. Estas zonas habitadas desde antiguo guardan infinidad de secretos y vestigios.
-Pensamiento-
No hay comentarios:
Publicar un comentario