Cada día nos enfrentamos con dificultades y preocupaciones que nos llenan de ansiedad y nos hacen daño.
A veces encontramos una solución eficaz e inmediata; pero, otras, nos convertimos en una diana demasiado fácil para todos los problemas.
Si tuviera más tiempo... Si pudiera hacer algo más creativo... Si mi marido /o mi mujer/ fuera más comprensivo... Si se dieran cuenta de lo que valgo... Si pudiera irme a vivir a la playa... Si no me doliera siempre la rodilla, la cabeza... Si lograse adelgazar... Si durmiera mejor... Si tuviese más dinero... y la lista podría continuar indefinidamente.
Son frases que nos repetimos a nosotros mismos muy a menudo, imaginándonos una situación ideal, un mundo en el que vivir fuera fácil. Una realidad en la que, por fin, podríamos estar serenos, en paz con nosotros mismos, en armonía con los demás, con la naturaleza y con nuestras más íntimas aspiraciones.
Mirémonos con estima y ayudémonos a reforzar nuestro lado positivo con buenas técnicas de relajación.
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