Esta semana acabo de regresar de Sicilia. Isla sede de cultura desde tiempos ancestrales.
¿Por qué he elegido esta isla para mi
viaje otoñal?
Lo he escogido por viajar al lugar de origen de mi familia.
Mi abuela Remedios, madre de mi padre. Mujer circunspecta, de
pocas palabras, que había que pagarle para que contestara; pero trabajadora,
atenta y cariñosa con los suyos.
Hice el viaje desde Madrid hasta Catania en avión.
Catania es una ciudad de unos 900.000 habitantes, donde en las
construcciones antiguas se aprecia el uso de piedra volcánica del Etna.
Poblada por gente seria, atenta, que van a
lo suyo y no se meten con nadie. Allí no te sientes extraño. Te prestan su
ayuda desinteresadamente. Un chico muy atento, me ayudó a sacar por internet el
Original e distrivuzione del cognome,
para ver de dónde es el apellido ‘Teatino’. Es originario de la provincia de
Messina, de dos pueblecitos: San Philippo del Mela y Santa Lucía del Mela.
Alguna familia emigró a Estados Unidos y
sólo unas pocas a España, uno de cuyos descendientes soy yo. El abuelo de mi
abuela Remedios, mi tatarabuelo, era notario.
Entonces andaré verso Messina e dopo para San Philippo di Mela. Desde allí
contemplé el Estrecho de Messina: De mi parte, Sicilia y, al otro lado, la
Península Italiana.
Yo tenía gran interés en visitar la ciudad
de Etna y Vulcano-Etna, el volcán; pero por imponderables tuve que desistir, y
cambiarlo por Siracusa.
Siracusa, mucha historia y una luz
diferente. Mirando a Grecia.
Y el ritorno,
otra vez a nuestra península Ibérica, después de una experiencia incomparable.
-Sauce
Salix-
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