-El jardín de Bignonia- |
La ipomea, yedra morada, campanilla, dondiego de día…
Esta americana de múltiples nombres
se abraza con fruición a la madera de la espaldera
como una amante voluble y posesiva,
con sus delgados y flexibles dedos que emergen
lloran los días sombríos, negándose a abrirse y
se duermen cada atardecer despidiendo el día
hasta la mañana siguiente
cuando las despierten
los cálidos y luminosos rayos
de sol
y vuelvan a trepar tapizando la celosía.
-Margalló-
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