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miércoles, 18 de junio de 2014

Las abejas


ÉGLOGA III

Cerca del Tajo en soledad amena
de verdes sauces hay una espesura,
toda de yedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta la altura,
y así la teje arriba y encadena,
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido
alegrando la vista y el oído. (…)


Movióla el sitio umbroso, el manso viento,
el suave olor de aquel florido suelo.

Las aves en el fresco apartamiento
vio descansar del trabajoso vuelo.
Secaba entonces el terreno aliento
el sol subido en la mitad del cielo.
En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.(…)

-Garcilaso de la Vega-

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